1. Té en Europa
No es de extrañar que el té más popular en Europa sea el English Breakfast. Esta mezcla fuerte y malteada de té negro se combina con leche y azúcar y se disfruta a lo largo del día.
El té fue desconocido para los europeos hasta el siglo XVI, siendo Portugal el primero en descubrirlo.
El té se introdujo en Francia en 1635 y en Inglaterra en 1650. De todos los países europeos a los que llegó el té, parece que arraigó en Inglaterra tras la adición de azúcar.
Aunque los británicos sean conocidos por ser grandes bebedores de té, en realidad no son los que más beben en Europa. Gran Bretaña ocupa el tercer lugar en cuanto a consumo de té en toda Europa, con Irlanda y Turquía a la cabeza. Dicho esto, en el Reino Unido, el 33% de las personas beben entre 4 y 5 tazas de té al día durante la semana.